INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente,
la sexualidad se ha relacionado exclusivamente con el coito adulto y
heterosexual. La sexualidad implica, por supuesto, mucho más que el coito,
implica gozar y sentir plenamente con todas las posibilidades que nos ofrece
nuestro cuerpo. Así cada persona, y cada pareja, vive su propia sexualidad de
modo diferente, sin que existan normas ni recetas para vivir la sexualidad.
Al hablar de sexualidad habría que integrar todas
sus dimensiones, que son las que nos sirven para enmarcar también al ser
humano. Así podríamos analizar la sexualidad desde diferentes perspectivas:
biológica, médica, psicológica, sociológica, antropológica, educativa,
política, etc…
En nuestra sociedad aún existe mucha ignorancia sexual,
por ello todavía circulan muchos mitos y errores en torno a la sexualidad. A
continuación se presentan algunos de ellos.
PROBLEMÁTICA
El Consejo Nacional de Población
(CONAPO) revela
que recibir educación sexual es un derecho, sin embargo, conocer nuestra sexualidad puede, en el sentido más estricto
salvar vidas.
Muchas
parejas adolescentes se meten en un gran lío a la hora de tener relaciones sexuales no protegidas. El
clásico pensamiento "a mí no me va a pasar", puede interrumpir el
desarrollo, estudios y sueños de los jóvenes, quienes se ven forzados a madurar
pues sus dudas e incluso su ignorancia relacionadas a la sexualidad.
Así
mismo, en un cuestionario que se aplico a 67 estudiantes de una preparatoria
del Estado de México, un 13 % de ellos contestó que quisiera saber más acerca
del tema de los mitos de sexualidad ya que muchas veces sólo se dejan llevar
por los comentarios que escuchan, sin saber si son ciertos o no; por lo cual a
continuación podrás leer algunos de los mitos más usuales en la sociedad.
DESARROLLO
La mujer nunca queda embarazada en la primera relación sexual
Mito: Este es uno de los mitos
más comunes que lleva a los adolescentes a cometer muchos errores. Si durante
la relación sexual la mujer está fértil, puede producirse el embarazo sin
importar que sea la primera, la segunda o la última relación sexual.
El tener relaciones sexuales de pie impide el embarazo
Mito: Este es otro mito
frecuente. La posición en que se tenga la relación sexual no afecta las
posibilidades de no embarazarse. Basta que la mujer esté en su período fértil
para que la posibilidad de embarazarse si tiene relaciones sexuales esté
presente.
Los varones, para ser más hombres, necesitan tener muchas relaciones
sexuales
Mito: La hombría no está “dada” por la cantidad de veces que se ha acostado
con una mujer, ni por la cantidad de mujeres que tenga “disponible”. La hombría
se mide por la responsabilidad y respeto con que el hombre vive su sexualidad,
reconociendo en ella un valor y logrando una actitud de cuidado y valoración de
ella. Un “verdadero hombre” es quien es capaz de respetar a la mujer y
respetarse a sí mismo entendiendo la relación sexual como un acto de intimidad,
amor y respeto mutuo.
Mito: El haber tenido relaciones sexuales
no provoca ningún cambio físico en la mujer, ni en el hombre. Por lo tanto no
es posible “saber” si una mujer ha tenido o no relaciones sexuales a través de
su estructura física.
El lavado vaginal después de la relación sexual es un método eficaz para
evitar el embarazo
Mito: El lavarse después
de haber tenido relaciones sexuales o el tomar “agüitas de hierba”, no evita la
posibilidad de que ocurra un embarazo. Los métodos efectivos para evitar el
embarazo se basan en datos y técnicas científicamente probadas y que la pareja
debe conocer antes de tener la relación sexual.

Durante la menstruación la mujer no debe practicar deportes, o lavarse
el pelo, porque si lo hace se le puede cortar la regla
Mito: Durante su menstruación, o regla, la mujer puede realizar todas las
actividades que desee en forma normal y natural. Los cuidados que ella deberá
tener tienen que ver con mantener su higiene personal, por lo que el bañarse,
lavarse el pelo, etc. Durante la regla son acciones recomendadas. Sólo en caso
de que sienta molestias específicas, puede disminuir la actividad deportiva y
tomar algún analgésico.
La falta de himen en la mujer es la prueba de que ella ya no es virgen.
Mito: El himen es una membrana
muy delgada y frágil que se encuentra a la entrada de la vagina de la mujer. El
que una mujer no lo tenga o se le haya perforado no es un signo de que ella ya
haya tenido relaciones sexuales. Un ejercicio físico, una maniobra brusca o un
accidente pueden hacer que se rompa; también hay mujeres que tienen el himen
perforado desde su nacimiento y nunca han tenido relaciones sexuales.
Si la mujer no sangra en su primera relación sexual, quiere decir que no
es virgen.
Mito: El sangrado durante
la primera relación sexual tampoco es un signo de virginidad. Si se ha logrado
una buena estimulación y lubricación vaginal en los momentos previos a la penetración,
no tendría por qué haber sangrado ni dolor de ningún tipo.
Sacar el pene antes de eyacular impide
la fecundación
Mito. Basta una pequeña gota de semen con millones de espermatozoides para
lograr el embarazo. Hay que recordar que existe el líquido pre-eyaculatorio y
que también contiene espermatozoides, así que aquello de "nada más la
puntita" es también peligroso y trae consecuencias.
Con el condón no se siente igual
Mito. Esta percepción es más psicológica y cultural
que real. Después de la abstinencia, es el método anticonceptivo y de
prevención de enfermedades sexuales más
seguro. Lamentablemente sólo entre el 30 y 45 por ciento de los mexicanos usan
condón a pesar de que reduce 10 mil veces la transferencia de fluidos, es decir
nos previene de un embarazo no deseado o no planificado.
El preservativo se rompe con facilidad
Mito. La industria farmacéutica actual
elabora condones bajo controles estrictos de calidad, lo que hace que sea muy
difícil su rotura. Es importante conservarlos en temperatura y humedad
adecuadas, y sobre todo saber poner el preservativo, así como evitar su uso con
lubricantes con base en aceite. Un condón que se rompe es porque fue mal
puesto.
Los anticonceptivos hormonales dañan
la salud, engordan y no es bueno utilizarlos si la mujer es joven
Mito. Los anticonceptivos hormonales
ofrecen beneficios como regulación del ciclo menstrual, reducción de cólicos y
sangrados.
